Como hemos podido comprobar y basándonos en las estadísticas inmobiliarias del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Fomento, la compraventa de viviendas no ha hecho más que aumentar desde que finalizó el confinamiento estricto en junio del 2020. Después de haber vivido un confinamiento en el que no podíamos salir de nuestras casas, el sector inmobiliario se ha tenido que plantear la siguiente cuestión: ¿Quieren los compradores el mismo tipo de vivienda tras haber vivido la situación de pandemia? Sin ir más lejos, la respuesta es un inminente no. De manera generalizada, el interés hacia un tipo de vivienda u otra ha cambiado hacia unas características muy específicas, las cuales antes pasaban más desapercibidas. Hoy hablaremos sobre cómo el teletrabajo ha desarrollado nuevas tendencias en el mercado inmobiliario y cómo éste debe adaptarse a las nuevas necesidades.
Hasta hace no mucho tiempo teníamos otro tipo de vínculo con nuestra casa, no era nuestro lugar de trabajo ni donde pasar mucho tiempo entre semana. Nuestras casas era lugares de paso en los que disfrutar los fines de semana. Tras la pandemia esta perspectiva ha dado un giro 180º. A día de hoy nuestra casa también es nuestra oficina, o al menos durante algunos días de la semana. Aunque los cambios de tendencia en el mercado inmobiliarios maduran lentamente por norma general, las preferencias por un nuevo tipo de vivienda por compradores potenciales se han transformado rápidamente tras la pandemia.
Tras un estudio realizado por el Observatorio de Aedas Homes el pasado mes de julio donde se entrevistó a unas 4.000 personas entre los 25 y 65 años, han concluido que “aquellos que tienen que pasar más tiempo en su casa para tareas para las cuales no estaba diseñada, como trabajar, tienen un mayor deseo de cambio de casa que aquellos que no teletrabajan”. Exactamente casi un 35% de las personas que teletrabajan tres o más días a la semana quieren cambiar de vivienda en menos de dos años. En cambio, solo un 21% de las personas que no teletrabajan tienen este deseo de mudanza.
Aun así, el teletrabajo no está implantado de la misma manera en todas las provincias. Por ejemplo, aquellas donde está más aceptado es en Madrid donde el 38% de las personas encuestadas teletrabajan todos los días o al menos de manera parcial, la sigue Cataluña con un 29% y las Islas Baleares con un 21%.
Si valoramos los datos obtenidos del estudio, de los 3,8 millones de personas que viven en Madrid entre los 25 y los 65 años, casi 1,5 millones afirmaron estar teletrabajando. Si desglosamos esta información según periodos de tiempo en los que desean cambiar de vivienda, 160.000 personas quieren mudarse en menos de seis meses, mientras que 280.000 prefieren esperar solo un poco más, entre seis meses y dos años, siendo de todas formas un periodo de tiempo corto.
Durante el año 2019, año donde la compraventa de viviendas aún no estaba influenciada por la pandemia, en Madrid se vendieron casi 80.000 casas según datos del Ministerio de Fomento. Al quedarse paralizado el Mercado Inmobiliario al siguiente año, ahora podemos asumir que el teletrabajo podría conllevar una compraventa de viviendas mucho mayor gracias la posibilidad que nos da de trabajar desde casa. Podemos asumir esta afirmación en el supuesto de que las empresas no cambien la política de teletrabajo híbrido.
Ante esta situación, ¿cuál será entonces la necesidad del mercado inmobiliario? Si bien experimentaremos una subida cada vez mayor de compraventa de viviendas, el mercado inmobiliario necesitará un abanico cargado de posibilidades que cubra las necesidades de los demandantes.
Teniendo en cuenta las preferencias de las personas que viven en Madrid con respecto al tipo de vivienda ahora zonas bien comunicadas con zonas comunes, terraza o jardín y habitaciones amplias donde teletrabajar cómodamente son las características más requeridas. Este tipo de vivienda la podemos encontrar más fácilmente en promociones de obra nueva las cuales han tenido en cuenta estas nuevas tendencias. No obstante, esta situación puede animar tanto a inversores como a propietarios particulares a reformar sus viviendas.